A propósito de la experiencia de la presencia del Señor: No era divertido tratar con Madre Teresa

Entrevista al Padre Benedict Joseph Groeschel (1933-2014), C.F.R,
amigo de Santa Teresa de Calcuta en Nueva York
Youtube: Not fun dealing with Mother Teresa
Versión de Leonardo Solanilla Chavarro, 6 de febrero de 2025
Padre Groeschel: No era muy divertido tratar con Madre Teresa ¿Te lo puedes imaginar? ¿Tratar con Jesucristo?
Entrevistadora: ¿Por qué no era divertido tratar con Madre Teresa?
Padre Groeschel: Porque ella tenía… era guiada por una visión interior que yo no tenía y yo era, como tu lo sabes, el representante de la Arquidiócesis y tenía que persuadirla para que hiciera cosas sensatas, razonables… Una arquidiócesis no es fácil de dirigir… De hecho, el Cardenal O’Connor, que quería mucho a Madre Teresa, se sintió herido porque le hacía recomendaciones y ella no lo escuchaba. Si, en verdad, él se sintió lastimado… No creo que ella se diera cuenta de que lo estaba hiriendo… J. J. (John Joseph O’Connor, arzobispo de Nueva York) era un almirante de su diócesis y le gustaba hacer las cosas en grande, no para que se notara, sino hacer las cosas bien, con esmero. Y los sacerdotes de la Diócesis que debían disponer de su tiempo para oír a los testigos… Me llegaron muchas críticas de Madre Teresa. Tal vez, las críticas más dicientes venían de los primeros miembros de los Misioneros de la Caridad… Sostenían que ella no se preocupaba de su salud física… recuerda que ella era una mujer de otro mundo, de otros tiempos… una hermana se le acercaba diciéndole “Madre, la espalda me está matando… llevo tres semanas con este terrible dolor” y ella respondía “Si, hermana, entréguele ese dolor a Cristo”… Bueno, algunas veces se trataba de algo grave… Te lo puedo decir como psicólogo que la mayoría de personas con dolores lumbares sufren de una condición psicosomática, pero a veces estas personas tienen un problema físico de verdad… o por lo menos me decían que sí lo tenían… y estaban enfadados y amargados… Para mí era un enfrentamiento cultural entre generaciones distintas… Bueno, ella y yo no siempre estábamos de acuerdo, por ejemplo, yo recibía una llamada de ella: “Padre, ¿sería tan amable de dar a las hermanas una charla sobre la paciencia, o algo similar…?” y yo le preguntaba qué para cuando: “Para mañana, Padre”… le decía que tenía un día muy ocupado, pero que iba a sacar un par de horas… le preguntaba qué donde se iba a realizar la charla, pensando que era en el Bronx… “No, Padre, en Washington, D. C.” le decía que no más, que no se podía, pare, Madre, por favor… era un enfrentamiento de culturas… No me gusta sentarme a mirar mis heridas, pero algunas veces sí eran heridas de verdad… puedo entender que la gente se enojara con Madre Teresa, pero ella siempre hacía las cosas totalmente convencidas que era la voluntad de Dios… Dudo que siempre tuviese la razón: nadie tiene siempre la razón… Al Último que siempre tuvo la razón Lo crucificaron… no nos gusta la gente que siempre tiene la razón… en fin, por eso te preguntaba antes si puedes imaginar lo que significa tratar con Jesús, diciéndole tu: “Jesús, ¿puedo hacerte una sugerencia?” Jejeje… No hay ningún pasaje en los evangelios donde Jesús pregunte a sus discípulos: “Compañeros, deberíamos ir a Damasco o bajar a Jerusalén?.. Simplemente decía: “Vamos a Jerusalén” Y punto… Imagínate estar de pie en una canoa y que pasa una emperatriz majestuosa en un barco de gran calado… siempre vas a estar por debajo de su rango… y esa sensación suele ser muy buena para uno… Madre Teresa siempre estuvo afuera y por encima de las clases sociales… siempre… Cuando yo jugaba triqui o parqués, ella estaba jugando ajedrez y dando jaque mate… Yo le decía a la gente que Madre Teresa venía la semana entrante y que solamente me iba a recuperar seis semanas después de su partida… en verdad, sin exagerar, ella siempre te iba a llamar para hacer algo agotador… No era posible evitarlo, te dejaba siempre con la “espinita” de tus fallas espirituales, sin decirlo con palabras… Estoy convencido de que ella es la profetisa de nuestros tiempos, estoy seguro.
Entrevistadora: ¿Por qué lo dice?
Padre Groeschel: Eeeh…. Creo… creo que, en sustancia, … El Espíritu Santo la dirigía para que condujera la Iglesia a la identificación con la pobreza de Cristo, con amor por los pobres, con sinceridad absoluta y sin mucha “cháchara” teológica.