Corpus Cristi: una fiesta prueba del amor de cristo.

“mi carne es verdadera comida, mi sangre es verdadera bebida, quien coma de este pan vivirá para siempre”

Por. José Álvaro Cardozo Salas

Siempre me  ha impresionado la manera en que Jesús decidió quedarse con nosotros para siempre, como lo dice San Mateo cap. 28 “y estaré con ustedes todos los días hasta el fin del mundo” esconderse en un pedazo de pan, someterse a un manipuleo de su cuerpo, luego estar encerrado, preso, detenido en un copón y este dentro de una pequeña caja fuerte llamada sagrario, ¡ que amor tan grande por nosotros ¡, hacerse comida, pan, vino especies eucarísticas que luego serán cuerpo y sangre, alma y divinidad.

He leído la vida de algunas personas que solo se han alimentado de la sagrada comunión, sin tomar ningún otro alimento ni siquiera agua, Martha Robin la francesa estigmatizada fundadora de las casas de los Foyer de Charite, quien vivió 50 años en ese estado, hable con dos amigos ya fallecidos (Hno. Néstor Quiceno Escobar y el padre Fernando Umaña) que tuvieron la oportunidad de visitarla, decían que era todo un acontecimiento estar con ella,  murió no hace mucho 1981, la alegría de su estado, haciendo honor a lo mencionado por el evangelio de san Juan “mi carne es verdadera comida, mi sangre es verdadera bebida, quien coma de este pan vivirá para siempre”

La otra es Santa Ludivina esta joven a los 15 años sufrió un accidente con unos patines que afectaron la columna vertebral, al final la dejo paralitica, tuvo una experiencia mística donde un ángel le hace una propuesta de quedarse 38 horas en el purgatorio o 50 años postrada en cama y alimentándose solo de la eucaristía, acepto el reto y al cabo de unos minutos que experimento el purgatorio pidió que la devolvieran a la cama y padecer los 50 años, es la patrona de los enfermos crónicos.

El milagro eucarístico más prodigioso, ocurrió en Lanciano (Italia) conocida entonces como Anxanum sobre los años 700, el sacerdote padre Basilio durante la misa, en el momento de la elevación dudo que la hostia se convirtiera en el cuerpo de cristo, y al elevar el pan se le volvió un pedazo de carne, cuando hizo lo mismo con el cáliz que llevaba el vino, se transformó en tres coágulos de sangre, este milagro ha sido conservado hasta nuestros días.

En Portugal en el año 1247 en la población de Santarém, ocurrió un bello acontecimiento, una señora que dudaba de la fidelidad de su esposo, acude a una hechicera, quien promete devolver a su marido si le trae una hostia consagrada (utilizadas para ritos satánicos, misas negras) esta señora toma la comunión en la boca durante la  misa y se la saca de la boca para llevársela a la bruja, cuando va caminando alguien ve que de su mano sale sangre, ella se da cuenta y corre a su casa, guarda la hostia sangrante en un baúl, a la noche cuando llega su marido, no le dice nada, se acuestan a dormir a media noche un fuerte ruido despierta a la pareja, estos al bajar encuentran que del baúl sale una luz blanca muy intensa, la mujer le confiesa a su esposo lo ocurrido y allí se quedan en adoración el resto de la noche, al amanecer avisan al párroco quien acude con un relicario de cera llevándolo al sagrario de la iglesia, reportaron al obispo este milagro, al ir a ver el acontecimiento, encontraron que una vez roto el relicario de cera y reemplazado por uno de vidrio sin ninguna intervención humana.

Así nos podríamos quedar escribiendo bellos milagros de la eucaristía, que el Beato Carlo Acutis recopilo en 106 bellos Afiches donde describe claramente cada uno de estos y que están a su disposición en http://www.miracolieucaristici.org vale la pena leerlos, recrearnos en estas historias verdaderas que nos demuestran una vez mas cuanto nos ama Dios.

Para octubre del año pasado tuve la oportunidad de hablar con la mama de Carlo, Antonia Salzano le pregunté por este trabajo de su hijo, me dijo que estaba obsesionado por esto, decía que era maravilloso ver como Dios quiere que sepamos que esta vivo, presente, y que lo tenemos a mano, cerca de nuestra casa, en la eucaristía, cuando los sacerdotes con sus manos consagran las especies de pan y vino, transformándolas en carne y sangre de Jesús. Así que te invito a que lo visites, siempre estará esperándonos, para amarnos, así como somos, que suerte tenemos.

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