Debemos construir una iglesia más amable y amorosa.

“La iglesia es mujer, la iglesia es esposa, madre de todos los bautizados, que no abandona a sus hijos, que los ama y los quiere cerca, somos nosotros los que hemos tomado un camino diferente”.
Por. José Álvaro Cardozo Salas.
He conocido a lo largo de mi vida de formación y de experiencia misionera muchísimas mujeres que han entregado lo mejor de sí no solo al servicio de la iglesia, también a los pobres, familias y marginados de esta sociedad indolente y mezquina.
Mujeres de nuestro tiempo, seres de luz que reflejan en sus rostros todo lo bello que Dios quiso descargar con una dosis inimaginable de ternura, de amor por todo aquello que refleje el rostro de Cristo. Teresa de Calcuta, Martha Robin, Vassula Ryden, Ludivina, María Cecilia Baij, Nohemí Salas y hasta mi esposa Yuly, todas ellas y muchas más amantes a Jesús, eucarísticas por excelencia, y capaces de dar la vida misma por sus hijos como Cecilia Matin (madre de santa Teresita del niño Jesús) Mónica (mama de san Agustín) Rita de Casia, y María Cecilia Mejía Correa (mujeres con una infinita capacidad de perdón) Ana María Tiaigi, Gianna Molla y por ultimo Yolanda Molcue, (Indígena Páez a quien se le iba a practicar el primer aborto legal en Colombia hace 18 años) y que ella al escuchar el corazón del feto en su vientre decidido no matarlo, hoy el hijo de Yolanda es completamente sano y gracias al tesón de esta mujer salvo la vida de su hijo.
La iglesia es mujer, la iglesia es esposa, madre de todos los bautizados, que no abandona a sus hijos, que los ama y los quiere cerca, somos nosotros los que hemos tomado un camino diferente, nos hemos alejado como la parábola del hijo prodigo, extraviados en el mundo, que no solo pierde sino también nos mata. Aun así, esta madre nos espera con los brazos abiertos.
Hoy quiero hablarles de Madeleine Delbrel, Escribir sobre ella es escribir sobre «una de las más grandes místicas del siglo XX», cómo dijo el cardenal Carlo Mario Martini. Y si es verdad lo que el mismo cardenal afirmó sobre la Iglesia – «La Iglesia está atrasada 200 años. ¿Cómo es posible que no se sacuda? ¿Tenemos miedo, miedo en lugar de coraje?», releyendo la vida de Madeleine podemos decir que, en esta hija suya, en su testimonio de vida y en su pensamiento, la Iglesia se adelantó 80 años. Martini, al hablar del atraso, se refería principalmente a la Iglesia en Europa y al aspecto institucional. Decía: “La Iglesia está cansada en la Europa del bienestar y en Estados Unidos. Nuestra cultura está envejecida, nuestras Iglesias son grandes, nuestras casas religiosas están vacías y el aparato burocrático de la Iglesia está fermentando, nuestros ritos y nuestra vestimenta son pomposos. ¿Acaso estas cosas expresan lo que somos nosotros hoy? El bienestar pesa. Estamos ahí como el joven rico que se marchó entristecido cuando Jesús lo llamó para convertirlo en su discípulo. Sé que no podemos dejar todo fácilmente. Pero al menos podemos buscar hombres libres que estén más cerca del prójimo. ¿Dónde están esas personas llenas de generosidad como el buen samaritano?, ¿que tienen fe como el centurión romano?, ¿el entusiasmo de Juan Bautista?, ¿quién busca lo nuevo como Pablo?, ¿quiénes son fieles como María Magdalena? Yo aconsejaría al Papa y a los obispos que busquen doce personas fuera de lo común para los puestos de dirigencia. Hombres que estén cerca de los más pobres y que estén rodeados de jóvenes y que prueben cosas nuevas. Necesitamos enfrentarnos con hombres que ardan, de modo que el espíritu pueda difundirse por todas partes.
Madeleine es una de esas grandes mujeres que reúnen en sí la fidelidad de María Magdalena, la audacia de Pablo, la generosidad del buen samaritano y la fe y el entusiasmo en y por Jesús de tantos personajes del Evangelio. Muchas, por no decir todas sus propuestas de vida cristiana en medio del mundo – especialmente en los lugares de periferia geográfica y existencial, son las que Francisco actualiza hoy en sus gestos y escritos oficiales. Estamos llamados a vivir “incansablemente “la misión, que no es mas que llevar la buena nueva a tantos corazones destrozados.
El papa Francisco la toma como referencia, también citó expresamente a Madeleine en la audiencia dirigida a los sacerdotes de la diócesis de Créteil, e invitó a rogar por su intercesión: «Pedid insistentemente al Espíritu Santo que os guíe e ilumine. Que os ayude, en el ejercicio de vuestro ministerio, a hacer que la Iglesia de Jesucristo sea amable y amorosa, de acuerdo con la bella expresión de la Venerable Madeleine Delbrȇl. Con esta fuerza proveniente de lo alto, os sentiréis empujados a salir para estar más cerca de todos cada día, especialmente de aquellos que están heridos, marginados, excluidos»
Necesitamos mujeres comprometidas con el evangelio, con la familia, con su dulzura y encanto llena los grandes vacíos de este mundo moderno despiadado, y que en el afán de vivir de los bienes ha hecho un gran daño en la formación de los hijos, los tiempos de hoy son de padres ausentes, y mas grave muchos de los esposos de esta generación no quieren procrear, ahí les dejo esta reflexión.