La esperanza de morir.

“El hombre que está destinado a la muerte se esfuerza para no morir; pero el que está llamado a vivir eternamente no hace nada por evitar el pecado”
Por. José Álvaro Cardozo Salas.
Llega a mis manos un libro llamado la esperanza de morir del escritor norteamericano Scott Hahn; este converso doctor en Teología ex pastor presbiterano hoy católico y que tiene libros unos clásicos como Roma dulce Hogar, la cena del cordero, la cuarta copa, el credo, entre otros. Se asoma en este libro y toca un tema sensible a la humanidad: la muerte, que no es ajena a ningún ser humano y que hasta el mismo Cristo experimentó.
En los dos últimos años han fallecido 5 familiares cercanos, curiosamente todos tíos, hermanos de mis padres, la ultima hoy hace 13 días, y también curiosa mente todos de repente. No estamos saliendo de un duelo cuando ya estamos entrando a otro, y es esto de la muerte cercana cuando te toca y no es el muerto o familiar del amigo, o vecino o de algún personaje publico conocido que nos lleva a pensar en la muerte, no como el final sino como una gracia salvífica que nos lleva a reflexionar y mirar la muerte tan cercana y familiar, Como la llamaría San Francisco de asís “La hermana muerte” Leyendo sobre el tema ya en el siglo VI Julián obispo de Toledo, comentaba que no son muchos los que tienen en cuenta esta advertencia: “Todo hombre teme a la muerte de la carne, y pocos a la muerte del alma. A causa de la muerte de la carne, que sin lugar a dudas llega en cualquier momento, nos toman precauciones para que no llegue; por eso se esfuerzan, El hombre que esta destinado a la muerte se esfuerza para no morir; pero el que esta llamado a vivir eternamente no hace nada por evitar el pecado. Y cuando se afana para no morir, se esta esforzando sin causa”, lo que hace, como mucho, definirá la muerte, pero no la evitará. Sin embargo, si desprecia el pecado no se fatigará y vivirá para siempre. Oh si pudiéramos despertar (nosotros), para que seamos tan amantes de la vida que permanece cuanto lo son los hombres amantes de la vida que pasa”.
Hay un punto de quiebre con los cuerpos de los difuntos, y el trato que se les esta dando, la iglesia nos enseña en el credo que reza: “Creo en la resurrección de la carne y en la vida eterna”, para los años 70 murieron mis bis abuelas, siendo aun niño conocí la muerte de cerca, el primer cadáver que vi fue el de una de ellas, para aquel entonces los cuerpos eran velados en las casas, no existían las funerarias, y de ahí se salía para la misa y luego al cementerio, los cuerpos se enterraban, más adelante apareció el horno, creo que sobre el año 2000 cuando murió de repente un primo hermano fue el primer cuerpo cremado en el cementerio de Ibagué, desde entonces se volvió “moda” calcinar los cuerpos y creería que hoy mas del 90% de los cuerpos son incinerados. La otra cosa que me parece particular es que no quieren velar los muertos, hace no muy lejos un amigo falleció, su familia decidió llevar el cuerpo desde la clínica al horno directamente y unos días después nos anunciaron la misa con cenizas presentes, con todo respecto me parece duro eso, las personas merecemos algo de respeto, un duelo decente, un merecido homenaje.
¿Luego que hacer con las cenizas? He visto arrojarlas a ríos, montañas, al mar, o debajo de algún árbol, la iglesia hace poco se manifestó al respecto, insinuando un trato mas coherente con las cenizas, y llevarlas a un lugar mas apropiado que se pueda visitar incluso. No dudo que nuestro señor es capaz de resucitarnos desde los huesos y desde las cenizas, pero creo que se cometen ciertos abusos con estos restos.
Para el 2016 murió un amigo sacerdote monseñor, siempre me manifestó su voluntad de ser inhumado me comentó que había dejado todo pagado y concertado con su familia, pero esta inexplicablemente cremo su cuerpo, ¿Qué hacer? ¿Qué es lo mejor? Son cosas que me he cuestionado últimamente, de por medio están los altos costos de los servicios fúnebres, que terminaron volviendo un negocio la muerte, jugando con el dolor de los seres queridos, debemos pensar muy bien en este ultimo trance y dejar claro nuestro deseo que no es mas que cumplir con la voluntad de Dios.