La fiebre amarilla puede ser mortal si se ignora: mitos y verdades

Una de las principales ideas erróneas sobre esta enfermedad es que se transmite de persona a persona, algo completamente falso.
En medio del aumento de casos de fiebre amarilla en regiones de Colombia con altas temperaturas, proliferan también los mitos sobre esta enfermedad viral transmitida por mosquitos. Experto infectólogo y profesor de la Universidad Nacional, desmintió creencias erróneas y ofreció pautas claras para la prevención y el manejo de esta afección.
Síntomas:
La fiebre amarilla es causada por un virus transmitido por mosquitos, principalmente el Haemagogus en zonas rurales y selváticas, y el Aedes aegypti en zonas urbanas. Aunque comparte síntomas con otras enfermedades febriles como el dengue (fiebre, dolor de cabeza, malestar general) tiene características propias que la hacen particularmente peligrosa en su fase tóxica, como ictericia (piel y ojos amarillos), hemorragias y falla hepática o renal.
Esta fase ocurre aproximadamente en el 15% de los infectados y puede presentarse luego de una breve mejoría tras los primeros síntomas. De allí que la vigilancia médica sea clave.
Uno de los principales mitos sobre esta enfermedad es que se transmite de persona a persona, algo completamente falso. La transmisión ocurre únicamente por la picadura de un mosquito infectado. Es por eso que las medidas de prevención, como el uso de repelentes, mosquitero y ropa que cubra el cuerpo, son esenciales, especialmente en zonas donde se ha detectado la circulación del virus.
Cortés señaló una consideración importante, si una persona infectada es picada por otro mosquito en una zona endémica, este mosquito podría infectar a alguien más. Por eso, es recomendable que los pacientes permanezcan aislados bajo mosquitero mientras tengan el virus en sangre.
La vacuna contra la fiebre amarilla es la herramienta más eficaz de prevención. “Una sola dosis es suficiente para brindar inmunidad de por vida”, afirmó el Experto. No obstante, existen grupos de personas en quienes no se recomienda su aplicación, como los niños menores de nueve meses, personas inmunosuprimidas, por ejemplo, pacientes con SIDA, cáncer, con diabetes, desnutrición y determinados trastornos genéticos, además de mujeres embarazadas.
El riesgo más temido en estos casos es que la misma vacuna cause fiebre amarilla, aunque esto es extremadamente raro: menos de un caso por cada 200.000 dosis aplicadas.
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El Infectólogo también aclaró otra idea errónea: la de recurrir a remedios caseros o automedicación. “No hay tratamiento antiviral específico. El manejo es sintomático: hidratación, control del dolor y la fiebre, y monitoreo de signos de alarma. En casos severos, puede ser necesaria la hospitalización en unidades de cuidado intensivo”, enfatizó.
Lo que se puede hacer
Ante cualquier sospecha de fiebre amarilla, la recomendación médica es clara: consultar de inmediato. No existe un tratamiento específico contra el virus, pero el soporte médico puede ser crucial. “Lo que hacemos los médicos es mantener al paciente hidratado y estabilizado, vigilando que no haya complicaciones”, afirmó el Profesional.
En un contexto donde la desinformación circula con rapidez, especialmente en redes sociales, es vital acudir a fuentes confiables y seguir las recomendaciones médicas. Protegerse de la fiebre amarilla es posible y necesario, tanto a nivel individual como colectivo.