La filokalia una cualidad que debemos cultivar.

“Entendí que valioso es lo que tenemos y que poco lo valoramos, que tenemos tanta hermosura junta que apenas atinamos a seguir sin detenernos”.
Por: José Álvaro Cardozo Salas.
Me encontré esta palabra y este concepto en un block de la espiritualidad del desierto del hermano universal, Charles de Foucauld e investigando encontré que la palabra filokalia tiene varios significados. Traducida literalmente, significa «amor a la belleza» (filokalos), es decir amor a Jesús, «esa belleza divino-humana, divino-cósmica, de la que tienen ser los hombres de hoy». La Filokalia puede considerarse como el legado espiritual de la Iglesia de Oriente, como una antorcha de fuego que ha ido pasando de mano en mano, hasta llegar a nosotros. No se trata de renunciar a la propia Tradición, sino de enriquecerse con una tradición humana que se ha mantenido en silencio hasta los últimos años en las orillas orientales del Mediterráneo. Y la verdad hemos perdido el sentido de la belleza, de admirarla, de contemplarla, quizás por los afanes de este mundo y la cantidad de información disparada cual ametralladora de la segunda guerra mundial, así no queda tiempo de detenernos a leer, a mirar, observar, respirar profundo, contemplar un amanecer el vuelo de los pájaros, la misma contaminación auditiva y visual que tenemos nos impide ver más allá de nuestro portátil o móvil.
Voy con cierta frecuencia a los llanos orientales, y me complazco en los atardeceres, como ningunos, me da la sensación que mi Dios se toma el trabajo de pintar en el cielo un destello de colores, degradados a medida que va cayendo el soy y se lo va tragando la tierra. En mis predicas les hago la comparación de los paisajes y el famoso sol de los venados y ya les parece no inmutarse, perdieron el don de sorprenderse con tanta belleza, así mismo nos pasa con la eucaristía, que a diario en la misa los santos sacerdotes consagran y hacen de esas especies de pan y vino en la belleza huma – divina, que casi ni admiramos, ¡no nos sorprende nada¡
Hace algunos años en un congreso de agricultores nos invitaron a una gira por unas industrias de compostajes (abono orgánico) cerca a san Martin (Meta) al bajarnos del bus cayo un aguacero como nunca, que impidió por completo descender a la visita, de repente algunos de los que venían conmigo sacaron sus teléfonos y empezaron a grabar la lluvia, sorprendidos de ver la belleza de ver caer agua de esa forma, me decían “ingeniero de dónde venimos cae muy poca agua y esto es algo nunca visto por allá, les estamos enviando estos videos a la familia y a los trabajadores para que sepan cuanta belleza hay por estas tierras”. Entendí que valioso es lo que tenemos y que poco lo valoramos, que tenemos tanta hermosura junta que apenas atinamos a seguir sin detenernos.
No hay nada más hermoso que la liturgia, el olor a incienso, las procesiones, los cantos, los ornamentos, la proclamación de la palabra, los cirios, el altar vestido de blanco, el silencio, los tiempos pasados, sin afanes, sabiendo ver en cada momento la presencia del señor en medio de nosotros, después de eso no hay nada igual, ni siquiera algo que se le parezca, se lee muy romántico, en todas las profesiones siempre habrá algo que resaltar, los arquitectos en plasmar en sus obras la belleza de lo creado, los amantes a la cocina en un plato no solo bien preparado sino bien presentado, es todo un placer no solo a los ojos también al paladar. Podría pasar el rato describiendo cada uno de los oficios que quizás alguno de ustedes defenderá como el mas loable, digno y bonito, – pa que -. Al final la creación hecha por Dios creador, nos es entregada en su totalidad, terminada para que el hombre no solo tomara posesión de ella, también para cuidarla y protegerla, desafortunadamente perdimos esa dimensión de contemplar, admirar y sorprendernos, como cuando vamos al santísimo y nos sentamos frente a la verdad, al amor infinito, al hombre-Dios que entrego su vida por nosotros, y que a pesar de su trágica muerte también se admira en la cruz, como un signo de salvación y esperanza para los que hemos puesto su confianza en él.
Bendito Dios por todo lo que vemos y sobre todo por lo que no conocemos y nos perdemos de disfrutar de su belleza, así mis amigos la Filokalia toma la importancia que merece y que la iglesia de oriente ha sabido valorar y disfrutar.