Los papas de la iglesia; un regalo para la humanidad.

Los papas sucesores de Cristo, y que han sostenido con aciertos y limitaciones nuestra iglesia, orar por ellos es no solo un deber, es una obligación.

Por. José Álvaro Cardozo Salas.

Hace mucho tiempo me ha llamado la atención la historia de la iglesia de Jesucristo y en especial el momento que el mismo señor designa a Pedro como su sucesor, Simón el pescador negociante algo atarban, violento, solo basta recordar la escena en el huerto de los olivos cuando de un machetazo le voló la oreja al soldado romano, imprudente y para rematar niega al señor tres veces la noche trágica de su captura. Otro candidato era Lucas, doctor, un hombre que gozaba de buen prestigio, escribió el evangelio que lleva su nombre y el libro de los hechos de los apóstoles, rescató un buen número de las cartas de Pablo.

Mateo es otro que me hubiera gustado, era contable y ofrecía cierta confianza con los judíos y los romanos leía y escribía. Pablo era el candidato perfecto, fariseo converso y gran evangelizador apasionado a pesar que no conoció al señor, predicó viajo por todo el mediterráneo llevando el mensaje de salvación, duro preso muchos años y desde allí escribió las mas bellas cartas a las comunidades que iba visitando, que aun se leen en las eucaristías de las cuales se han escrito muchos libros y tratados.

Pero no, el señor escogió a pedro, “tú eres Pedro y sobre esta piedra edificare mi iglesia y el poder del infierno no la derrotara” (Mateo 16, ¿18) me rompo la cabeza pensando o interpretando que vio Jesús para designar a Pedro como cabeza de la Iglesia,  es eso que es tan humano, burdo, pero a la vez cercano, a la fecha llevamos 266 papas escogidos por el mismo espíritu santo en un bello proceso llamado conclave, donde la iglesia toda se une en oración para que los cardenales en su plenitud y por votación secreta eligen a su sucesor.

Citare dos de los 266 que a mi juicio marcaron mi vida de estudios, León XIII (Vicencio Luigi Pecci, 1878 – 1903) Este papa me encanta, planteo la doctrina social de la iglesia abordo problemas sociales, en el hay un episodio algo particular, una vez celebrando la misa, al reservar los copones en el sagrario, escucha una conversación mística entre satanás y Dios, donde este último le pide a Dios autorización de atacar la humanidad y la iglesia, con mucha dificultad termina la eucaristía y en la sacristía pide a su sacristán lápiz, papel y construye una bella oración a San Miguel Arcángel, para ponerlo al frente de esta batalla espiritual como lo haría en el Apocalipsis cap. 12, esta oración la incluyó en la liturgia de la misa al finalizar la misma, será el concilio vaticano II quien la sacaría de la liturgia eucarística.

Admitió al padre anglicano inglés John Henry Newman quien se convirtió a la iglesia católica a los 50 años, lo hizo obispo y cuando tenía 90 años, lo ordeno cardenal, también fue muy cercano a santa teresita del niño Jesús la pequeña flor de la iglesia, quien es patrona de las misiones y doctora de la iglesia fue el papa 256.

Son muchas las anécdotas de estos papas, rescato las de Pio X (1903-1914) el cardenal Jose Sarto, patriarca de Venecia, fue elegido papa el 4 de agosto de 1903, al avisarle la votación obtenida fue llevado al cuarto de las lágrimas, es un pequeño cuarto donde revisten al nuevo pontífice, ahí es interrumpido por un cardenal que le informa que no puede aceptar el nombramiento porque no habla francés, (al parecer para la época era obligatorio que hablaran este idioma) él acepta el consejo y aun vestido de papa va a decirle a sus hermanos cardenales reunidos que deben ir de nuevo a votaciones, el colegio cardenalicio al verle vestido de blanco se arrodilla en signo de obediencia, el angustiado pide se levanten explicando la razón por la que no puede ser el sucesor de Pedro, pero un gran silencio unida la sala y así es proclamado con el nombre de Pio X rescato su amor eucarístico, gracia a su gestión logro autorizar la primera comunión a los niños mayores de 10 años, fue el papa 257.

Así me pasaría escribiendo de lo que tanto aprecio en la iglesia, los papas sucesores de Cristo, y que han sostenido con aciertos y limitaciones nuestra iglesia, orar por ellos es no solo un deber, es una obligación.