¡No más zoológicos por favor!

Comentario sobre los recientes acontecimientos sobre los chimpancés asesinados en Pereira por falta de protocolos a seguir que garanticen el bienestar de los animales y su continua explotación en espacios similares.

Margarita María Bohórquez

Soy una amante de los animales desde que era niña, me gustaba aprender todo lo que pudiera de ellos y verlos en personas siempre fue un sueño para mí, por ello y a hago el siguiente comentario mea culpa cuando tuve la oportunidad de ir a los parques de Orlando en Estados Unidos pedí ir a Seaworld para ver los delfines y ballenas que ahí se encuentran, la experiencia fue única, lo fue y me fascinaron aquellas criaturas pero tiempo después vi el documental Blackfish y entendí lo que el ver a esos animales en cautiverio significa y fue algo que me rompió el corazón , saber que medios debieron usar para capturarlas y ponerlas en jaulas. Que las condiciones de su encierro más el estrés que esto les produce está seriamente reflejado en sus aletas dorsales que se encuentran dobladas continuamente.

Lea Esta Columna: José Álvaro Cardozo Salas: https://www.centaurotelevision.com/san-jose-el-hombre-eucaristico/

También he do a zoológicos, como el de Atlanta muy grande y con un montón de exposiciones de animales, no obstante, no lo disfrute en parte por saber el espacio que ocupan los animales en cada zona, además de los comportamientos de niños más pequeños y como esperan que los animales los entretengan haciendo sonido y lanzándoles objetos.

Esa visita ocurrió en el 2016 mismo año en que sucedió el incidente de Harambe el gorila que debido al hecho de que un niño de tres años cayó en su espacio y este lo arrastrará el zoológico de Cincinnati tomará la decisión de sacrificarlo para “salvar al niño”. Esto abrió el debate y hubo mucha polémica unos a favor de la decisión del zoológico y otros culpando a los padres por su negligencia y falta de atención, fue un caso que impactó a gran parte de la población estadounidense.

Ahora, un caso aquí en Colombia fue el de Chita y Pancho, dos chimpancés que por resultado de su escape del bioparque Ukumari de la ciudad de Pereira fueron abatidos por las autoridades del lugar, lo que se sabe de este terrible hecho es que se escaparon de los territorios del parque y recorrieron por un tiempo la capital, e incluso se les ve jugando. Se le informó a las autoridades al respecto y a Pancho le dispararon ya que se le veía con una actitud agresiva hacia su cuidador y por ende no usaron los dardos tranquilizantes por temor a que le causara daño. A Chita que no se encontraba junto a Pancho fue abatida por miembros del ejército nacional.

Este hecho dio por entender que las medidas que se tomaron eran necesarias para salvaguardar el bien de la población puesto que los chimpancés por muy domesticados y acostumbrados a los humanos no dejan de ser animales con gran fuerza e inteligencia para defenderse. No obstante, está la pregunta si era realmente necesario abatirlos o si se hubieran podido usar los dardos tranquilizantes y recuperarlos de forma segura y se habría podido evitar la tragedia.

Y es que este es el problema, los zoológicos y parques existen desde hace mucho tiempo, pero parece que la mayoría está carente de protocolos y medidas de seguridad que puedan realmente garantizar el bienestar de los animales que tienen en cautiverio. Ya que a raíz de tantos problemas y como le dan solución parece que siempre la solución es acabar con ellos rápido antes de poder siquiera considerar otros medios menos agresivos y devastadores. Y casos como el de Chita y Pancho tristemente lo demuestran.

Soy plenamente consciente de qué hay algunos zoológicos y parques que tienen en buenas condiciones a sus animales y garantizan su seguridad en su espacio al tiempo que usan los recursos para investigar más sobre las especies que allí habitan, además de que algunos animales se encuentran en cautiverio y es necesario que se mantenga así ya sea por su condición de salud o algo que impida que pueda valerse solo en la vida silvestre. No obstante, sabiendo la naturaleza del ser humano y cómo muchos casos exponen, lo pueda salir mal saldrá mal y seguirá así si no estamos al tanto de lo que tener animales encerrados implica.

Abogó por las reservas y centros de estudio donde ayudan a los animales a reinsertar se en su hábitat tras pasar un tiempo recuperándose gracias a la ayuda de profesionales y les ofrecen condiciones de cautiverio mucho más ecológicas, naturales que en vez de parecer una jaula sea un espacio para que se sientan más en libertad y tengan menos estrés.

Seamos conscientes de que si vamos al zoológico que sea para aprender sobre los animales y en qué condiciones están para poder ayudarlos, no es ningún entretenimiento y no debemos seguir viendo a los animales como seres que no sienten y no sufren al verse en esas condiciones, enseñémosles a los niños que no deben ser molestados y que deben cuidar el medio ambiente para que los animales tengan sitios dignos donde vivir.