Perdónanos señor, porque no sabemos lo que hacemos.

“Pido perdón por no se luz. Pido perdón por no defender lo defendible”.

Por. José Álvaro Cardozo Salas.

Empieza hoy domingo de ramos una nueva semana santa, semana de reflexión y de ver cientos de miles de personas acudiendo a los templos a las celebraciones tradicionales, otras en cambio se van de vacaciones y aprovechan estos días para descansar, relajarse, beber, y pasarla bueno. Siempre pienso en la cantidad de personas que experimentan una vida de fe, de iglesia, por ejemplo, en mi parroquia donde vivo en Bogotá, hay 18.000 personas, comulgan 2000, obviamente un buen número de personas que van a la misa no comulgan, asumamos que van en total 4000 personas en los diferentes cultos del día, ¿entonces dónde están las otras 14.000? algunos de estos restantes irán a otros cultos o denominaciones, que sean otros 4000, y ¿el resto que hay de ellos? Esa es nuestra realidad de iglesia de hoy, diríamos que iglesia de triduo pascual, ya que, en las procesiones de viernes santo, la vigilia pascual y el domingo de resurrección aparecen los que no parecen en todo el año, esto es solo una pequeña realidad de lo que ocurre hoy.

Pero mas que estas realidades de iglesia y con todos los esfuerzos que se hacen el los pulpitos, con las celebraciones, los nuevos movimientos laicales de Emaús, lazos de amor mariano, el camino Neocatecumenal, experimentamos un nuevo aire que refresca la dura realidad por la que atraviesa la iglesia católica, que ha sido golpeada por una dura realidad de abusos a menores, y de una envidia generalizada entre sus miembros, de la cual muchos hemos sido víctimas, al final la realidad es que no seguimos la padre tal, o al obispo aquel, al final seguimos a Jesús presente vivo y de una manera muy especial en el sacramento del amor eucarístico. Y aquí tenemos la realidad, sin los curas no tenemos la eucaristía, así que estos hombres de carne y hueso, tan débiles y tentados como tu y yo; los necesitamos, con todas sus limitaciones, emocionales, de fe, sin ellos Jesús no actúa en la reconciliación, en la administración de los bellos sacramentos redentores que nos dejó el maestro.

Nos enfrentamos a un verdadero reto como nunca la humanidad en otros tiempos lo había hecho, un mundo con una desenfrenada pasión por la destrucción, el consumismo, la pornografía, la lujuria, que incluso ha llegado a nuestros hogares, sin hablar de la corrupción a todo nivel y de todas las realidades en la política y aun en las empresas privadas. ¿Pero qué está pasando? Porque esta forma de destrucción se ha acomodado de una manera tan sutil que apenas percibimos esta realidad, las tasas de natalidad han disminuido de una manera dramática la mentalidad de las nuevas generaciones van mas de la mano de la inteligencia artificial, el diablo anda por sus anchas haciendo lo que quiere, entiendo ahora por qué los jóvenes no quieren procrear, no ven futuro, no tienen esperanza, este año jubilar 2025 busca de alguna forma recuperar esa esperanza perdida, una caridad necesaria para hacer un mundo mas justo, mas ecuánime, donde la verdad y la justicia sean las columnas que cualquier persona en cualquier lugar del mundo pueda disfrutar sin tener que ser amenazado, desplazado, y esclavizado por lo que dice.

Yo quiero pedir perdón por todo lo que he dejado de hacer en mi favor y de los que amo.

Pido perdón por mi indiferencia con el que necesita.

Pido perdón por mi silencio cuando debí gritar la injusticia.

Pido perdón por mi soberbia, mi orgullo y vanidad por cosas inalcanzables.

Pido perdón por ser cómplice y permitir despotricar de otro.

Pido perdón por no defender lo defendible.

Pido perdón por algunas veces no ser coherente con lo que predico.

Pido perdón a todos ustedes por imponer mis ideas, sin escuchar y tener en cuenta las de muchos. Hoy te invito a pedir perdón, al amor, a la vida a la misma naturaleza o creación que destruimos, y en especial a todas las personas que deberíamos amar más