¿QUÉ DEBO HACER PARA SER SALVO?

LA GRAN PREGUNTA
Edward Andrés Díaz Reina
¿Qué debo hacer para ser salvo? Esa es la gran pregunta que muchos se han hecho en algún momento. Quizás tú te la estás haciendo. Y cada religión ha intentado responder, la mayoría de las veces sin mucho éxito. Hoy me esforzaré por darte una respuesta bíblica.
Proverbios 13:6 dice:
“La justicia guarda al de perfecto camino; Mas la impiedad trastornará al pecador”.
Aquí el escritor revela dos verdades inquebrantables, o fundamentales: La justicia del justo lo guarda del mal, y de la ira de Dios. Pero la impiedad o la maldad del impío lo trastorna, lo pervierte, lo engaña, lo destruye para siempre.
En este punto podrías concluir que para ser salvo debes hacer el bien y no seguir la maldad del corazón, para no perecer a causa del pecado.
No está mal llegar a esa conclusión, porque en efecto hay que esforzarse por no seguir los deseos pecaminosos, pero no es a lo que el texto se refiere.
Los justos mencionados son aquellos a los que Dios llama hijos, iglesia, su pueblo, y el Israel de Dios (Mateo 1:21; Hebreos 10:14; Gálatas 6:16), pero no es su propia justicia la que guarda su camino y evita que sean trastornados o destruidos con los impíos.
Por causa del pecado de Adán y del propio, las escrituras declaran que las obras más justas de los hombres son como trapos de inmundicia para Dios. (Isaías 64: 6 – 12). Por tanto, no es razonable pensar que las obras de los justos tienen poder para que sean salvos y así liberados de la destrucción que sufrirán los impíos.
La destrucción a la que hace referencia Proverbios 13:6, es el poder de la ira de Dios que sufrirán los pecadores por su impiedad, mientras los llamados justos serán guardados, es decir, no caerán en la condenación por causa de la Justicia de Cristo, la cual Él ganó por llevar una vida justa, sin pecado, y la regaló por gracia a su pueblo.
Es la justicia de Jesús la que hace justo a su pueblo y lo guarda de la mal, la destrucción que vendrá para los impíos.
Mi estimado lector, ¡que Dios toque tu corazón, y lave tus culpas en la sangre de Cristo, para que así tú puedas ser salvado!
Edward Andrés Díaz Reina
Comunicador Social y periodista
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