Un bombardeo mariano.

Monseñor Juan Francisco Sarasti arzobispo de la época nos mandó a llamar para que le contáramos la experiencia y de paso una solicitud muy particular, “deben bombardera la ciudad completa.
Por. José Álvaro Cardozo Salas
Corría el año de 1998 hoy hace exactamente 25 años, se acercaba la fiesta de la virgen del Carmen que para mis devociones es muy especial, generalmente cuando vivía en Ibagué organizábamos algo con mis amigos Marianos y Josefinos, había escuchado al coronel Luis Eduardo Mendoza que habían bombardeado Bogotá con medallas de la virgen en un helicóptero y eso me impacto, desde que supe eso sabía que teníamos que hacer algo parecido.
Para esa época los padres Vicentinos manejaban el seminario mayor de la diócesis, me contacte con el padre Gilberto Albarracín quien con sus amigas vicentinas en Cali logramos conseguir 15.000 (quince mil) medallas plásticas de nuestra señora en la advocación de la medalla milagrosa o virgen de los rayos, fue la misma Virgen María en Francia que se le aparece a Catalina de Labouré el 27 de noviembre de 1830 pidiéndole que mandara a acuñar una medalla con dos caras, en una su imagen con los brazos hacia abajo sobre el globo terráqueo y por entre los dedos muchos rayos luminosos, por el otro lado los dos corazones de Jesús y María, la promesa quien portara esta medalla se vería beneficiado por una especial protección maternal.
La tarea ahora era buscar como arrojarlas desde el cielo, caía muy bien esta acción ya que los grupos insurgentes nos tenían secuestrados, una ola de extorsiones, tomas de pequeños pueblos se extendían a lo largo y ancho de Colombia y el Tolima no era ajena a esta situación, seria Cecilia Motta de García (q.e.p.d) quien nos serviría de puente con su hijo Félix García que tenía un pequeño avión Cessna, después de varios intentos por ajustar día y hora, el mismo capitán nos diría “sin falta este próximo sábado” al darnos cuenta era el 16 de julio fiesta de nuestra señora del Carmen.
Los pueblos elegidos para este recorrido eran, Alvarado, Venadillo, Lérida, Ambalema, y Piedras, mi esposa Yuly y Alberto García fueron los que se arriesgaron a acompañarme en la misión, varios sobre vuelos en cada ciudad, las medallas caían sobre los tejados, árboles, calles, las personas salían extrañadas y levantaban la mano para saludarnos, así después de un poco mas de una hora regresamos al aeropuerto perales de Ibagué, el capitán pide permiso para el aterrizaje, pero la torre de control solo la autoriza si sobrevolamos la pista y las instalaciones del terminal arrojando medallas, tal cual se hizo con las pocas medallas que nos quedaban.
La noticia como era de esperarse dio su resultado, el padre Fernando Aguirre quien manejaba las comunicaciones de la Arquidiócesis y era columnista en el diario “El nuevo día” publico a página entera el acontecimiento, Monseñor Juan Francisco Sarasti arzobispo de la época nos mando a llamar para que le contáramos la experiencia y de paso una solicitud muy particular, “deben bombardera la ciudad completa”, con su bendición buscamos nuevamente a las vicentinas en Cali que tendrían más trabajo, y así un mes después haríamos la misma hazaña en la ciudad musical de Colombia; 10.000 medallas arrojadas en todos los rincones de la ciudad.
El Tolima ha sido un departamento muy prospero con una vocación agrícola en todos los pisos térmicos, pero tenemos amenazas de varios volcanes ubicados en el parque nacional de los nevados, de ellos uno muy cercano a la ciudad un verdadero “León dormido” conocido como el machín, que en caso de entrar en actividad generaría una tragedia sin precedentes, así que nuestra señora hace su trabajo protegiéndonos, los pueblos en mención no volvieron a sufrir ataques de insurgentes y de cierta forma han gozado de paz y tranquilidad, la fe, la esperanza de los Tolimenses es evidente.
Houston
Algo de mística en este acontecimiento, 8 años después mis hijos iban de vacaciones a Texas, en la urbanización donde llegaron que estaba en construcción lotes que habían sido potreros ahora se transformaban en un conjunto residencial allí caminando encontraron de estas medallas entre las malezas de las nuevas casas, me llamaron felices a contarme, no se dar explicación de este acontecimiento, lo que si estoy seguro es que tenemos una madre en el cielo, que esta muy pendiente de nosotros sus hijos, ella nos espera para llevarnos al mismo Jesús, les animo a seguir sus huellas a rezar a diario el rosario y con esta oración alcanzar el cielo.
Post Centauro Televisión.